lunes, 7 de marzo de 2011

My King of the Underground

Su voz había sido la expresión de mis enojos juveniles,
Sus melodías el alivio para mis más duros años de adolescencia.
Fue la compañía en la soledad,
la anestesia en la oscuridad.
Su mensaje fue el aliento para mis noches tristes y cansadas.
Me renovaba la esperanza,
las ganas de correr tras mis sueños.
Me enseñó a cantar para alejar mis fantasmas,
para matar la angustia.
Y hoy lo veo así, tan humano, tan igual,
conservando esa luz de duende espectral, sin tiempo.
Su sonrisa de niño, sus ojos curiosos.
Referente indiscutido de adolescentes perdidos.
Tan luminoso y cercano.
Tan dueño de su rumbo, tan seguro de su mundo.





PD: Nunca voy a acostumbrarme ... :D

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