Anoche saqué la remera,
esa que me regalaste.
esa que me regalaste.
Creía que todavía tenía el perfume de tus dreadlocks.
La saqué y la abracé con fuerza,
creyendo que le saldrían brazos de la nada,
creyendo que le saldrían brazos de la nada,
que saldría tu cabeza desde ahí, susurrándome una canción, preguntandome:
"¿Por qué te lo hacés tan difícil?",
"¿Por qué te lo hacés tan difícil?",
dándome el abrazo que necesitaba para dormir,
mientras llovía a cántaros sobre la ciudad,
y los truenos entraban por mi ventana.
Necesitaba imaginarte aca,
quería que estuvieras aca,
(como tantas otras veces).
Pero nada de eso pasó y terminé poniéndome la remera,
por primera vez.
mientras llovía a cántaros sobre la ciudad,
y los truenos entraban por mi ventana.
Necesitaba imaginarte aca,
quería que estuvieras aca,
(como tantas otras veces).
Pero nada de eso pasó y terminé poniéndome la remera,
por primera vez.
Me queda tan grande, sabés;
casi tanto como este mundo y las historias ajenas.
Cuando menos lo pensé me vinieron a buscar,
Cuando menos lo pensé me vinieron a buscar,
me sacaron a pasear, terminamos en un recital,
y en medio de la noche pensaba si seguía en mi cuarto dormida o eso era realidad.
y en medio de la noche pensaba si seguía en mi cuarto dormida o eso era realidad.
Y tenía tu remera ahí, en medio de la noche, esperando todavía que le nazcan tus brazos
y compartiéramos una cerveza más y me dieras ese abrazo que tanto necesitaba.
y compartiéramos una cerveza más y me dieras ese abrazo que tanto necesitaba.
Pero nada de eso sucedió, siempre sos una ilusión.
(19/08/2012)
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