jueves, 25 de abril de 2019

Mujeres al frente: garra y emoción en el Festival GRL PWR

Con un cargado lineup que propuso rock, punk, cumbia, reggaetón, hip hop y pop, el Festival GRL PWR, que se desarrolló el jueves en el Espacio Quality de la ciudad de Córdoba, demostró con grandeza lo que planteaba su lema “No faltan bandas de chicas, faltan festivales”. Un grupo de 16 mujeres estuvo a cargo de la organización de esta segunda edición del evento que tuvo como protagonistas a mujeres e identidades disidentes, tanto arriba como abajo del escenario. La grilla que concentraba a más de 20 bandas estuvo distribuida en tres escenarios con una puntualidad envidiable. Pero además, hubo charlas; talleres de dibujo, defensa personal y twerk; una femiferia de lo más variada; chicas patinando; varias barras con tragos para todos los gustos y food trucks con opciones diversas.
“Estaba enojada y ahora estoy preparada”
O No? / Marilina Bertoldi La lucha y las demandas de las mujeres y las disidencias sexuales fueron el denominador común en gran parte del GRL PWR, tal como ocurrió en el Opening, pero en mayor magnitud. Las banderas de ‘Ni Una Menos en las Cárceles’ y el Aborto Legal se colaron en todos los escenarios, siempre acompañadas de las arengas feministas que ya no distinguen fronteras.
El empoderamiento de la mujer, el abrazo a la diversidad de cuerpos y géneros, la caída del patriarcado y el grito de Basta a los femicidios, se reivindicaban en carteles, libros, fanzines, canciones y mensajes desde los micrófonos y las pantallas. “Cuando quedas atrapado en la destrucción, debes abrir una puerta a la creación”, decía la francesa Anaïs Nin. Así, tal cual, fue como se empezaron a crear nuevos espacios culturales que intentan acabar con la misoginia que sigue sosteniendo a los grandes festivales y al mundo del rock. En el GRL PWR, no sólo la propuesta era distinta, se respiraba otro ambiente y se podía percibir un torrente muy fuerte de energía creadora, contagiosa e inspiradora. Gran parte de quienes asistieron, siguen hablando hoy de todos los disparadores que surgieron, las inquietudes, los impulsos y el huracán de emociones que dejó el festival. Hablar de amor y plantar la semilla del feminismo en el rock Dos de las charlas que dejaron secuelas en el público fueron la de Srita Bimbo, que presentó su libro Bimbotiquín, y la de la compositora Barbi Recanati acompañada por la escritora Gabriela Borrelli Azara. “Podríamos ser la generación que viva el amor de otra manera porque mientras tanto nos siguen matando”
Fiel a su estilo directo y sin pelos en la lengua, Bimbo habló de amor, de violencia, feminismo y de cuerpos. “Hay mucho contenido, pero todavía no lo tragamos, no lo digerimos y no lo parimos, lo estamos generando. Allá afuera, el mundo sigue cagándose en tu empoderamiento personal. Pero cuando es colectivo, empieza a ser otra cosa y es lo que está pasando en el mundo, pero en este país es muy rotundo”, resaltó en uno de los primeros tramos. “Podríamos ser la generación que viva el amor de otra manera porque mientras tanto nos siguen matando. Toda esta revolución que sentimos no se traduce en que haya menos muertas, en que tengamos aborto legal, en que destinen plata y hagan algo por nosotras. Allá afuera sigue siendo el mismo mundo, tenemos la oportunidad desde nuestros vínculos, toda la humanidad sale de vínculos”, agregó. Srta Bimbo invitó a todas las mujeres que tenía enfrente a juntarse a hablar de amor y destacó la importancia de entender que las personas no somos islas y las relaciones tampoco, y desde allí aprender a relacionarse de una forma más sana que destierre el concepto que está instalado de amor como sacrificio y sufrimiento. “Que el GRL PWR sea el comienzo de un montón de festivales que vamos a generar”
La guitarrista y compositora Barbi Recanati, que al frente de la banda Utopians –disuelta tras las denuncias por acoso contra el guitarrista Gustavo Fiocchi- formó parte de los lineup de los festivales más grandes, dio coordenadas desde su experiencia. “Somos pocas las mujeres que tuvimos el privilegio de estar en ese lugar ‘mainstream’ donde las cosas buenas pasan y está construido en cimientos misóginos y machistas y no va a cambiar, pero hoy hay un montón de gente preparada para crear un nuevo espacio y lugar”. Recanati arengó a todas las presentes a tomar la posta, dejar de esperar formar parte de los festivales que ya existen y crear espacios con bases feministas hasta en los lugares más pequeños. “Me siento muy afortunada de ser parte de este momento de la historia y eso es el feminismo. Que no sea un hecho político el GRL PWR, que sea el comienzo de un montón de festivales que vamos a generar todas y todes, aprovechar los privilegios que tenemos para poder abrir los espacios para otras compañeras y compañeres”, sostuvo. “La única salida es colectiva”, remarcó la escritora Gabriela Borrelli Azara. En ese sentido, explicó que cuando las feministas afirman que ‘Lo personal es político’, “Debe haber una correlación entre lo público y lo privado de buscar un mundo mejor y el feminismo es un movimiento de justicia social”, expresó. “El feminismo es inclusivo o no es”, dijo con contundencia Recanati destacando la importancia de romper la idea de que el feminismo es sólo para la mujer heterosexual cisgénero. All Girls To The Front Sobre los escenarios, pasaron artistas de todos los géneros, bandas en pleno despegue y otras ya ‘consagradas’. La chilena Anita Tijoux fue una de las más aclamadas, al igual que Miss Bolivia. También Sara Hebe que encendió el escenario con su ejército de bailarinas y sus infalibles rimas. Por su parte, otra de las preferidas, fue Marilina Bertoldi que la rockeó con desparpajo y terminó haciendo mosh sobre la multitud que la ovacionaba.
Una de las bandas más esperadas era sin dudas, She Devils el trío de punk integrado por Pat, Pilar e Inés que en los 90 cantaban sobre el aborto cuando nadie lo mencionaba. En una media hora furiosa, desataron el pogo más amoroso de todos.
Quienes deseaban bailar o perrear, disfrutaron a pleno de las actuaciones de Ms Nina y la paraguaya Mi$$il. Pero la fiesta llegó a su punto máximo de éxtasis –y al final- de la mano de las Kumbia Queers, las más punks de la cumbia, que levantaron hasta a los muertos para hacerlos bailar hasta el cansancio y ponerle el broche de oro que un festival como este necesitaba.

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